sábado, 16 de febrero de 2013

Juan Pablo Duarte Díez.

Juan Pablo Duarte Díez.

Nació el 26 de enero de 1813 en el Santo Domingo colonial (actual Ciudad Colonial) durante el periodo de la España Boba. Hijo de Juan José Duarte Rodríguez, un próspero comerciante español procedente de Vejer de la Frontera, Cádiz, España y Manuela Díez Jiménez, seibana hija de padre español y madre dominicana. Duarte fue el cuarto de once hermanos, siendo los más conocidos Vicente Celestino, comerciante de madera y Rosa Protomártir, quien se desempeñaba como periodista y maestra; ambos tuvieron una activa participación en la causa de su hermano.

El 16 de julio de 1838 Duarte fundó una sociedad secreta a la cual llamó La Trinitaria, que ayudó a socavar la ocupación haitiana. Algunos de sus primeros miembros incluyeron: Juan Isidro Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra, Benito González, Felipe Alfáu y Juan Nepomuceno Ravelo (más adelante se unirían Matías Ramón Mella y Francisco del Rosario Sánchez, adquiriendo un rol protagónico junto a Duarte). Los trinitarios hacían su trabajo político a partir de una estructura celular clandestina. Los iniciados hacían el juramento de luchar por la independencia de la República Dominicana bajo el lema "Dios, Patria y Libertad".
En 1840 para sus actividades públicas constituyeron otra sociedad llamada La Filantrópica, que llevaba por lema "Paz, unión y amistad", y tenía una presencia más pública, tratando de difundir las ideas veladas de liberación a través de escenarios teatrales. Entre las obras que se llegaron a representar están: "Roma Libre" del dramaturgo italiano Vittorio Alfieri, "La viuda de Padilla" de Francisco Martínez de la Rosa, "Un día del año 23 en Cádiz" de Eugenio de Ochoa, entre otras. Luego de varios intentos fallidos, los trinitarios no se sentían a vasto y fundaron La Dramática. En esta tercera sociedad, todos los trinitarios ahora se dedicaban a la actuación.

Duarte murió el 15 de julio de 1876 en Caracas.

Aurelia Castillo Escritora Dominicana

Sobre Aurelia podemos decir.
Escritora Poeta ,Maestra, Psícologa.Escribió junto a Escarlin Martínez varias enciclopedia de diferentes punto del país.
Biografía
Nació en San Pedro de Macorís. Hija de los señores Juan Castillo y Juana Laureano de Castillo. Realizó sus estudios intermedios en la reforma Gastón Fernando Deligne, culminando en la Escuela Nocturna Puerto Rico.

Egresada de Maestra Básica a nivel Superior en la Escuela de Maestros Salome Ureña de Henríquez. En la Universidad Nacional Evangélica obtuvo el título de Licenciada en Psicología Educa
tiva. Posteriormente realiza una Maestría en Educación Superior Mención Gestión, en la Universidad Central del Este (UCE).

Ha procreado cuatro hijos: Estainin, Escarlin, Esmailin y Arismendy. Impartió docencia en diversos centros educativos públicos y privados, hasta que fue nombrada Sub-Directora del Distrito Educativo 05-02 de San Pedro de Macorís. Por sus aportes a la comunidad de 2006 a 2010 fungió como regidora del municipio cabecera de S.P.M. Es miembro de instituciones sociales y culturales de San Pedro de Macorís.

A raíz de su visión de dejar un legado a la población presente y futura surge la idea de crear la “Enciclopedia San Pedro de Macorís; Su Historia y Su Gente”, siendo la primera mujer en el país en escribir una enciclopedia, de igual forma, esta es la primera enciclopedia de su envergadura en el país. Posteriormente decide ampliar la marca “Su Historia y Su Gente”, creando las obras: Enciclopedia La Romana; Su Historia y Su Gente, Enciclopedia Santiago; Su Historia y Su Gente, Enciclopedia La Altagracia; Su Historia y Su Gente. Todas compuestas de diversos temas variados que ha resaltado cada una de estas provincias.

viernes, 1 de febrero de 2013

José Alcantara Almánzar Pública con exitos dos libros de cuentos



Obra literaria
Tiene una larga y productiva trayectoria literaria con casi 700 publicaciones, entre artículos, ensayos y libros, dejando evidencia de su “certeza de la trascendencia de la literatura y sus infinitas posibilidades”, según consta en el apéndice de la segunda edición de su libro La aventura interior.
Cuando en 1972 publicó Antología de la literatura dominicana marcó claramente dos cosas que a nuestro modo de ver definen lo que ha sido su andar durante estos años: su conocimiento sobre los grandes exponentes de la literatura nacional, sobre sus estilos y movimientos, que no se detendría en esta obra y que le permitirían, con el pasar de los años, enriquecer su estilo, su lenguaje y su temática; y en segundo lugar su identificación con nuestro país, que surge en gran cantidad de cuentos y trabajos publicados.
Desde su primer libro de cuentos, Viaje al otro mundo (1973), Alcántara refleja al sociólogo que vive en él: su temática incluye la lucha de clases sociales, las injusticias políticas y sociales de la época, el abuso de poder, la pobreza, la persecución. Su obra, comprometida con los problemas sociales, las clases marginadas, transparente su alta sensibilidad, su humanidad; su experimentación con diversas técnicas que van desde la multiplicidad de voces hasta la retrospectiva; el uso de lo grotesco y lo fantástico en su cuentística sorprende, pues una constante en su escritura es el ritmo, la riqueza de vocabulario y la magia que atrapa al lector.
Sabemos que todo eso es fruto de sus experiencias, su riqueza cultural, su amor al arte y su familiaridad con grandes maestros en el campo literario, que juntos le permiten enriquecer su estilo.
La narrativa de Alcántara Almánzar es accesible a cualquier lector hispanoparlante y coincide con muchos cuentistas contemporáneos del Caribe hispano; va más allá de generaciones o movimientos literarios y ha sido reconocida tanto en el país como en el extranjero. Su amplia producción incluye: Antología de la literatura dominicana (1972), Viaje al otro mundo (1973), Callejón sin salida (1975), Testimonios y profanaciones (1978), Estudios de poesía dominicana (1979), Imágenes de Héctor Incháustegui Cabral (1980), Las máscaras de la seducción (1983, Premio Anual de Cuento), Narrativa y sociedad en Hispanoamérica (1984), Hombre y sociedad. Lecturas escogidas (compilador, 1986), Hombre y sociedad. Guía didáctica (en colaboración con Antonio Menéndez Alarcón, 1987), La carne estremecida (1989, Premio Anual de Cuento), Los escritores dominicanos y la cultura (1990), El sabor de lo prohibido. Antología personal de cuentos (1993), Dos siglos de literatura dominicana (S. XIX y XX). Poesía y prosa (en colaboración con Manuel Rueda, 1996), Panorama sociocultural de la República Dominicana (1997), La aventura interior (1997), Huella y memoria. E. León Jimenes: Un siglo en el camino nacional (1903-2003), en colaboración con Ida Hernández Caamaño (2003), Presagios de la noche (segunda antología personal de cuentos, 2005), Catálogo del Banco Central (en colaboración con Luis José Bourget, 2007).
Su obra ha narrativa sido objeto de dos tesis doctorales, escritas por las académicas Nívea de Lourdes Torres Hernández y Carmen Benítez de Morales, respectivamente.
Como dice Nívea de Lourdes Torres, de la Universidad de Puerto Rico, José Alcántara Almánzar es posiblemente el cuentista dominicano más destacado y consistente de las últimas décadas. También Marcio Veloz Maggiolo lo señala entre los más destacados cultivadores del género cuento y Bruno Rosario Candelier afirma que está llamado a ocupar un sitial al lado de Juan Bosch, Hilma Contreras y Virgilio Díaz Grullón.
Dice Vargas Llosa que la literatura “dispone de técnicas y poderes para destilar ese delicado elixir de la vida, la verdad escondida en el corazón de las mentiras humanas”, y nosotros consideramos que eso precisamente es lo que logra Alcántara con el uso de su gran imaginación, nuevas técnicas narrativas y la selección de temas que le permiten poner en palabras emociones en las que los lectores nos vemos reflejados, que expresan lo que sentimos y no somos capaces de pronunciar, de manifestar, de dar a entender.

Ministro de Cultura escoje Fernando Villalona Rey del Calnaval Dominicano

SABIAS PALABRAS DEL MINISTRO DE CULTURA

Esta noche, en el marco de la proclamación de Fernandito Villalona como Rey del Carnaval, José Antonio Rodríguez aprovechó el ambiente colorido, alegre y diverso que refleja el carnaval, como hecho cultural en el que participa gente de todas las clases y visiones, para reflexionar sobre un problema que se siente muy latente hoy en día en el ámbito de la cultura: la relación muchas veces tirante que se da entre los que llegaron cargados de ideas y los que ya tienen una labor hecha.

Dijo que la gente de cultura es como el carnaval, cada cual se aferra al carnaval con un sentido de pertenencia y lo protege como algo suyo, mientras el que llega quiere participar de ese hecho y hacerlo suyo también, aunque trae, claro está, nuevas ideas.

Todo esto, aplicado a la dinámica de desarrollo práctico del Ministerio de Cultura y el ámbito cultural en general, genera muchas veces desconfianza mutua, lo que se refleja en conflictos que dañan la construcción de un proceso cultural que debería ser más armónico.

Creo que el punto clave del asunto está en que cada cual, sin importar su posición o escala gerárquica, piense en el diálogo y la horizontalidad, forma de pensar que José Antonio ha promovido en diversas ocasiones.

En materia cultural, la autoridad viene dada por el saber, por el compromiso, por la capacidad de construir horizontes, y por las huellas que cada individuo deja en la sociedad.

La autoridad legal, la da el decreto, la resolución, el nombramiento…

Una expresa legitimidad y la otra legalidad.

Pero en fin, ambas, en colaboración mutua, deben entenderse como entes necesarios para hacer crecer el país .

Sólo así tiene sentido la famosa frase de que “la cultura somos todos”

Bien por José Antonio, y como bien dice un bachatero, “me encanta esa vaina”.


(fotos tomadas del muro de Yi-yoh Robles)